¿Sabías que la pasta no está necesariamente prohibida en una buena dieta? No obstante, evita cocerla demasiado. La cocción «al dente» permite que la pasta mantenga una textura ligeramente firme. Si se come caliente, basta con escurrirla y degustarla rápidamente. Si sirve de base para una ensalada, aclárala con agua fría para detener la cocción. Durante la digestión, la textura firme de la pasta permite conservar el almidón contenido sin degradarlo. Los azúcares complejos se conservan, la asimilación es más lenta y contribuye a prolongar el efecto de saciedad. Comer pasta «al dente» no es un delito en un régimen. Sin embargo, presta atención al aderezo evitando salsas grasas y azúcares industriales. ¡Cuando adelgazar rima con disfrutar...!
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